28.2.11

Matrimonio a la manera de DIOS

Mat 19:5-6 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.

2Ti 3:16-17Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

A pesar de empezar juntos sobre el mismo camino, con el devenir del tiempo, puede haber grandes problemas de entendimiento. Es momento de cuestionarse si no se estará dedicando su tiempo y valioso esfuerzo a lo que jamás corresponde al agrado de su pareja. La terquedad es buena sólo cuando se usa para abrir el corazón de otra persona, aunque tarde mucho tiempo. Por el contrario, una actitud de flexibilidad conformista, obediente o indiferente, no desarrolla buenas relaciones.

En tiempos favorables, hay que prepararnos para los mañanas difíciles, y de los reveses y la adversidad, hay que obtener la fuerza para sobreponerse a los sufrimientos y tomar la oportunidad para re ubicarse en el camino hacia la meta en común.

Hay que entender la felicidad no sólo en su aspecto material, sino también en lo espiritual y moral, y sobre todo como resultado de una vida con amor. En los dos extremos de los sentires emocionales, están la felicidad y el dolor.

Estos se nos presentan inevitablemente en la vida. Si la pareja está unida, no se dejarán vencer por ninguna adversidad, pero en caso contrario, el sufrimiento y dolor se multiplicarán. Se puede llegar al extremo de que los momentos felices para uno sean rechazados por su pareja.
Algunos Principios Bíblicos, que pueden ser usados para crear cimientos fuertes en nuestra relación conyugal son:
* El amor nunca deja de ser (Sin importar las circunstancias)… 1Co 13:8
* Un reino (o un hogar) dividido no permanece… Mar 3:24
* Si dos de vosotros se pusieren de acuerdo (Acuerdos para todo)… Mat 18:19
* No os acordéis de las cosas pasadas (recuerdos que dañan)… Isa 43:18
* Ninguno busque su propio bien (o felicidad), sino el del otro… 1Co 10:24
* Lo que el hombre sembrare, eso también cosechara (solo Edifica)… Gal 6:7
* Todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos… (Practícalo y veras los resultados)… Mat 7:12
* Si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas (el perdón trae libertad total)… Mat 6:15
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*Videos: Consejos para el Matrimonio:




27.2.11

Folletos de Evangelismo


Paso 1: Cómo conocer a Dios... Ver

Paso 2: Cómo seguir a Cristo... Ver


Paso 3: Cómo compartir tu fe en Cristo... Ver

No se debe llevar el evangelio a los gentiles hasta que los judíos lo hayan rechazado. Esta limitación a los apóstoles fue sólo para su primera misión.

Doquiera fueran debían proclamar: El reino de los cielos se ha acercado. Ellos predicaron para establecer la fe; el reino para animar la esperanza; de los cielos para inspirar el amor a las cosas celestiales y el desprecio por las terrenales; que se ha acercado , para que los hombres se preparen sin tardanza.

Cristo dio poder para hacer milagros como confirmación de su doctrina. Esto no es necesario ahora que el reino de Dios vino. Muestra que la intención de la doctrina que predicaban era sanar almas enfermas y resucitar a los que estaban muertos en pecado.

Al proclamar el evangelio de la gracia gratuita para sanidad y salvación de las almas de los hombres, debemos por sobre todo evitar la aparición del espíritu del asalariado. Se les dice qué hacer en las ciudades y pueblos desconocidos. El siervo de Cristo es embajador de la paz en cualquier parte donde sea enviado. Su mensaje es hasta para los pecadores más viles, aunque les corresponde buscar a las mejores personas de cada lugar. Nos conviene orar de todo corazón por todos y conducirnos cortésmente con todos.

Se les da instrucciones sobre cómo actuar con los que les rechacen. Todo el consejo de Dios debe ser declarado y a los que no escuchen el mensaje de gracia, se les debe mostrar que su estado es peligroso. Esto debe ser tomado muy en serio por todos los que oyen el evangelio, no sea que sus privilegios les sirvan sólo para aumentar su condena. Las pruebas de la verdad del evangelio son tan completas que los que no las aceptan, pueden ser justamente reprendidos por su incredulidad.

Nuestro bendito Señor renueva la elección de los once como apóstoles suyos y les encarga la misión de ir a todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura. Sólo el que es verdadero cristiano será salvo por medio de Cristo. Simón el mago profesó creer, y fue bautizado, pero se declaró que estaba en los lazos de la iniquidad: léase su historia en Hechos viii, Vv. 13-15. Sin duda esta es una declaración solemne de la fe verdadera que recibe a Cristo en todos sus caracteres y oficios, y para todos los propósitos de la salvación, y produce su buen efecto en el corazón y la vida; no el simple asentimiento, que es fe muerta y no da provecho.

La comisión de los ministros de Cristo se extiende a toda criatura de todo el mundo, y las declaraciones del evangelio contienen no sólo verdades, exhortaciones y preceptos, sino también advertencias temibles. Obsérvese con qué poder fueron dotados los apóstoles, para confirmar la doctrina que iban a predicar. Estos fueron milagros para confirmar la verdad del evangelio, y medios para difundirlo en las naciones que no lo habían oído.

26.2.11

Radio y Televisión Cristiana las 24 Horas





Nótese cuán incansable era la furia de los judíos contra el evangelio de Cristo. La gente apedreó a Pablo en un tumulto popular. Tan fuerte es la inclinación del corazón corrupto y carnal, que con suma dificultad los hombres se retienen del mal, por una parte, así como con gran facilidad son persuadidos a hacer el mal por la otra. Si Pablo hubiera sido Mercurio, hubiera podido ser adorado, pero si es ministro fiel de Cristo, será apedreado y echado de la ciudad. Así, pues, los hombres que se someten fácilmente a fuertes ilusiones, detestan recibir la verdad con amor.

Todos los que son convertidos tienen que ser confirmados en la fe; todos los que son plantados tienen que criar raíces. La obra de los ministros es establecer a los santos y despertar a los pecadores. La gracia de Dios, y nada menos, establece eficazmente las almas de los discípulos. Es cierto que podemos contar con mucha tribulación, pero es estimulante que no estamos perdidos ni pereceremos en ella.
La Persona a cuyo poder y gracia están encomendados los convertidos y las iglesias recién establecidas, era claramente el Señor Jesús, “en quien todos creyeron”. Fue un acto de adoración.

Todo el elogio de lo poco bueno que hacemos en cualquier momento, debe atribuirse a Dios, porque Él es quien no sólo obra en nosotros el querer como el hacer, sino también obra con nosotros para que alcance el éxito. Todos los que aman al Señor Jesús se regocijarán al oír que ha abierto de par en par la puerta de la fe a los que eran ajenos a Él y a su salvación. Como los apóstoles, habitemos con los que conocen y aman al Señor.


La Vida de Jesús


El monte Sinaí, donde fue formada la iglesia del estado judío, era un monte que podía ser tocado aunque estaba prohibido hacerlo, lugar que podía sentirse, así que la dispensación mosaica fue en gran parte de cosas externas y terrenales. El estado del evangelio es amable y condescendiente, adecuado para nuestra débil constitución. Todos podemos ir con franqueza a la presencia de Dios si estamos bajo el evangelio. Pero el más santo debe desesperar, si es juzgado por la santa ley dada en el Sinaí sin tener un Salvador.

La iglesia del evangelio es llamada Monte Sion, porque allí los creyentes tienen una visión más clara del cielo y un temperamento más celestial del alma. Todos los hijos de Dios son herederos y cada uno tiene los privilegios del primogénito. Pareciera haberse equivocado de camino, lugar, estado y compañía el alma que supone que va a unirse en lo alto a esa gloriosa asamblea e iglesia, pero sin estar aún familiarizada con Dios, siguiendo orientada carnalmente, amando este mundo actual y el presente estado de las cosas, mirando atrás con ojo anheloso, llena de soberbia y culpa, llena de lujurias. Sería incómodo para ella y para los que la rodean.

Cristo es el Mediador del nuevo pacto entre Dios y el hombre, para reunirlos en este pacto; para mantenerlos juntos; para interceder por nosotros ante Dios, y por Dios ante nosotros; para finalmente reunir a Dios y su pueblo en el cielo. Este pacto está afirmado por la sangre de Cristo rociada sobre nuestras conciencias como era rociada la sangre del sacrificio sobre el altar y sobre la víctima. Esta sangre de Cristo habla por cuenta de los pecadores; ruega no por venganza, sino por misericordia.

Entonces, cuidaos de no rechazar su bondadoso llamado y su oferta de salvación. Cuidaos de no rechazar al que habla desde el cielo con infinita ternura y amor; porque ¡cómo podrían escapar los que rechazan a Dios con incredulidad o apostasía, mientras Él con tanta bondad les ruega que se reconcilien y reciban su favor eterno! El trato de Dios con los hombres, bajo el evangelio, en un camino de gracia, nos asegura que tratará con los que desprecian el evangelio en un camino de juicio. No podemos adorar a Dios en forma aceptable a menos que le adoremos con reverencia y santo temor.

Sólo la gracia de Dios nos capacita para adorar rectamente a Dios. Él es el mismo Dios justo y recto en el evangelio que en la ley. La herencia de los creyentes les está asegurada; y todas las cosas correspondientes a la salvación son dadas gratuitamente como respuesta a la oración. Busquemos la gracia para que podamos servir a Dios con reverencia y santo temor.

Victoria en Jesucristo

En fe y por fe nos aferramos de Cristo, despreciamos el mundo y nos oponemos a él. La fe santifica el corazón y lo purifica de las concupiscencias sensuales por las cuales el mundo obtiene ventaja y dominio de las almas. Tiene el Espíritu de gracia que le habita, el cual es mayor que el que está en el mundo. El cristiano verdadero vence al mundo por fe; ve en la vida y conducta del Señor Jesús en la tierra y medio de ella, que debe renunciar y vencer a este mundo. No puede estar satisfecho con este mundo y mira más allá de él y continua inclinado, esforzándose y extendiéndose hacia el cielo. Todos debemos, por el ejemplo de Cristo, vencer al mundo o nos vencerá para nuestra ruina.

El pecado da a la muerte todo su poder nocivo. El aguijón de la muerte es el pecado, pero Cristo, al morir quitó este aguijón; Él hizo expiación por el pecado; Él obtuvo la remisión del pecado. La fuerza del pecado es la ley. Nadie puede responder a sus exigencias, soportar su maldición o terminar sus transgresiones. De ahí, el terror y la angustia. De ahí que la muerte sea terrible para el incrédulo y el impenitente. La muerte puede sorprender al creyente, pero no puede retenerlo en su poder.

¡Cuántos manantiales de gozo para los santos, y de gratitud a Dios, son abiertas por la muerte y la resurrección, los sufrimientos y las conquistas del Redentor!.,  tenemos una exhortación a que los creyentes sean constantes, firmes en la fe de ese evangelio que predicó el apóstol y que ellos recibieron. Además, a permanecer inconmovibles en su esperanza y expectativa de este gran privilegio de resucitar incorruptible e inmortal. Para abundar en la obra del Señor, haciendo siempre el servicio del Señor y obedeciendo los mandamientos del Señor. Que Cristo nos dé la fe, y aumente nuestra fe, para que nosotros no sólo estemos a salvo, sino gozosos y triunfantes.

El Poder de Dios

En su Persona, oficios y sufrimientos, Cristo es la suma y la sustancia del evangelio, y debe ser el gran tema de la predicación de un ministro del evangelio, pero no tanto como para dejar fuera otras partes de la verdad y de la voluntad revelada de Dios. Pablo predicaba todo el consejo de Dios.

Pocos saben el temor y el temblor de los ministros fieles por el profundo sentido de su propia debilidad. Ellos saben cuán insuficientes son, y temen por sí mismos. Cuando nada sino Cristo crucificado es predicado con claridad, el éxito debe ser enteramente del poder divino que acompaña a la palabra, y de esta manera, los hombres son llevados a creer, a la salvación de sus almas.

Dondequiera que el evangelio sea eficaz, no sólo va de palabra, sino también con poder, por el Espíritu Santo, reviviendo pecadores muertos, librando a las personas de la esclavitud del pecado y de Satanás, renovándolos por dentro y por fuera, y consolando, fortaleciendo y confirmando a los santos, lo que no puede hacerse con palabras persuasivas de los hombres, sino por el poder de Dios. Y es una condición feliz que un espíritu de amor y mansedumbre lleve la vara, pero manteniendo una justa autoridad.

El Camino a Dios


Cristo es el Camino al Padre que los pecadores tienen en su persona como Dios manifestado en carne, en su sacrificio expiatorio, y como nuestro Abogado. Él es la Verdad, que cumple todas las profecías del Salvador; creyendo eso los pecadores van por Él, el Camino. Él es la Vida, por su Espíritu vivificador reciben vida los muertos en pecado. Nadie que no sea vivificado por Él, la Vida, y enseñado por Él, la Verdad, puede acercarse a Dios como Padre por Él, el Camino. Por Cristo, el Camino, nuestras oraciones van a Dios y sus bendiciones vienen a nosotros; este es el Camino que lleva al reposo, el buen Camino antiguo.

Él es la Resurrección y la Vida. Todo el que ve a Cristo por fe, ve al Padre en Él. A la luz de la doctrina de Cristo vieron a Dios como Padre de las luces y, en los milagros de Cristo vieron a Dios como el Dios del poder.

La santidad de Dios brilló en la pureza inmaculada de la vida de Cristo. Tenemos que creer la revelación de Dios al hombre en Cristo; porque las obras del Redentor muestran su gloria, y a Dios en Él.

Cómo Conocer a Dios

El alma prospera cuando conocemos claramente la verdad en Jesús. Entonces creemos no sólo con el corazón, sino que estamos dispuestos a confesar con la boca cuando se nos pida. El conocimiento y la fe enriquecen el alma. Mientras más fuerte es nuestra fe, y más cálido nuestro amor, más grande será nuestro consuelo. Los tesoros de la sabiduría están ocultos, no de nosotros, sino para nosotros en Cristo. Fueron escondidos de los incrédulos orgullosos, pero exhibidos en la persona y la redención de Cristo.

Nótese el peligro de las palabras persuasivas: ¡cuántos se destruyen con los disfraces falsos y las bellas apariencias de principios malos y de las prácticas impías! Estad vigilantes y temed a los que desean seducir para cualquier mal, porque su propósito es corromperos. Todos los cristianos han recibido al Señor Jesucristo; al menos por profesión le aceptaron y le tomaron como suyo.

No podemos edificar ni crecer en Cristo si primero, no estamos arraigados o fundamentados en Él. Estando afirmados en la fe podemos abundar y mejorar más y más en ella. Dios quita con justicia este beneficio a quienes no lo reciben con acción de gracias; con justicia, Dios requiere gratitud por sus misericordias.

Santa Biblia

Los que deseen aprender las cosas de Dios y estar seguros de ellas, deben conocer las Sagradas Escrituras, porque son la revelación divina. La edad de los niños es época de aprendizaje; y los que van a aprender de verdad, deben aprender de las Escrituras, las cuales no deben estar a nuestro lado olvidadas, o leídas raramente o nunca. La Biblia es una guía segura a la vida eterna. Los profetas y los apóstoles no hablaban por sí mismos, sino que entregaban lo que recibían de Dios.

Es provechoso para todos los propósitos de la vida cristiana. Es útil para todos, porque todos necesitan ser enseñados, corregidos y reprendidos. Hay algo en las Escrituras apto para cada caso. ¡Oh, que podamos amar más nuestras Biblias y mantenernos más cerca de ellas! Entonces hallaremos provecho, y por último, por fe en nuestro Señor Jesucristo obtendremos la felicidad ahí prometida, que es el tema principal de ambos Testamentos. Nos oponemos mejor al error fomentando el conocimiento firme de la palabra de verdad; el bien más grande que podemos hacer a los hijos es darles a conocer la Biblia a temprana edad.